09 de junio- Alicia en el Pais de las Maravillas
Explora el poder de la imaginación, la importancia de hacerse preguntas y la belleza de encontrar sentido en el caos cotidiano. Porque a veces, para llegar a lo esencial es necesario hacerse pequeño.
09/06/2025
El otro día, en la cuenta de Instagram de @dodi_house, me encontré con el siguiente texto sobre Alicia en el País de las Maravillas, que no solo me pareció muy inspirador, sino que también me hizo reflexionar sobre las múltiples enseñanzas que este libro nos deja:
“Alicia se asomó por la pequeña puerta y vio el jardín más hermoso que jamás hubiera imaginado. ¡Qué ganas tenía de salir de aquella sala oscura y de pasear entre aquellas flores brillante y las frescas fuentes!
¡Pero ni siquiera podía pasar la cabeza por la puerta!
Lewis Carroll, Alicia en el país en maravillas
“¿Cuantas veces en la vida hemos sido Alicia? Viendo a lo lejos un jardín hermoso: un deseo, una calma, una versión más plena de nosotros mismos. Pero atrapados en una habitación oscura, sin saber cómo encajar por esa diminuta puerta.
Demasiado grandes para entrar.
Demasiado ocupados para detenernos.
Demasiado confundidos para recordar que a veces hay que hacerse pequeños- no para achicarse, sino para entrar en lo esencial.
Ese jardín no está lejos
A veces es una flor en la mesa
Un rincón ordenado con amor
Una taza de té a solas
Una pausa que se convierte en refugio
Cada detalle sensorial que creamos a conciencia, es una llave para atravesar esa puerta invisible entre el caos y el bienestar.
Este texto, entre otras cosas, me hizo recordar aquella reflexión sobre “romantizar la vida”, ¿os acordáis de esa idea?
Y, al mismo tiempo, me llevó de nuevo al libro Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll, y a las muchas enseñanzas que nos ofrece.
Alicia nos enseña a cuestionar lo que parece incuestionable. En el País de las Maravillas, todo está regido por normas absurdas y personajes irracionales —como el juicio sin sentido de la Reina de Corazones o los disparates del Sombrerero Loco—. A través de estas experiencias, Alicia aprende a no aceptar las reglas sin pensar.
Del mismo modo, nosotros también debemos desarrollar un pensamiento crítico y no dar por sentada la autoridad sin reflexionar.
“¡Que le corten la cabeza!”, gritó la Reina.
“¡Disparate!”, dijo Alicia con voz firme. “Usted no es más que una baraja de cartas.”
—Lewis Carroll
Esta escena marca el momento en que Alicia deja de temer al poder absurdo y reafirma su independencia de pensamiento.
A lo largo de su viaje, Alicia cambia de tamaño constantemente, un reflejo simbólico de los cambios físicos y emocionales de la niñez y la adolescencia. En medio de estas transformaciones, se pregunta: “¿Quién soy yo?”, revelando que la identidad no es algo fijo, sino una construcción que se va moldeando con la experiencia.
“¿Quién soy yo? ¡Ay, ése es el gran enigma!”
—Lewis Carroll
Una frase simple, pero profunda, que capta la confusión existencial de crecer.
En el País de las Maravillas, nada tiene un sentido claro o predecible. Alicia se enfrenta a conversaciones ilógicas y realidades cambiantes. Esta falta de sentido la desconcierta, pero también la obliga a adaptarse. Así como en la vida, no todo tiene una explicación inmediata: aprender a convivir con el caos es parte de madurar.
“Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.”
—Gato de Cheshire
Una cita icónica que nos recuerda que la locura —o lo ilógico— forma parte del mundo, y hay que aprender a moverse en él sin perderse.
Lewis Carroll también usa el humor como una herramienta poderosa. Ridiculiza la lógica escolar, las normas sociales rígidas y las figuras de autoridad. En este universo donde nada parece tener sentido, reír es una forma de liberar tensiones y de resistir lo absurdo con lucidez.
“¿Por qué un cuervo se parece a un escritorio?”, preguntó el Sombrerero.
Alicia pensó un rato, pero no encontró respuesta.
“¿Te has rendido ya?”, dijo el Sombrerero.
“Sí.”
“Pues yo tampoco sé la respuesta”, respondió con tranquilidad.
—Lewis Carroll
Un enigma sin solución que nos invita a aceptar lo irracional con sentido del humor.
Pero, por encima de todo, Alicia en el País de las Maravillas celebra el poder de la imaginación. Cada escena rebosa creatividad, juegos de palabras y mundos imposibles. Carroll no usa la fantasía para evadir la realidad, sino para mostrar que imaginar también es una forma de pensar, de cuestionar, de ver más allá.
“A veces me creo hasta seis cosas imposibles antes del desayuno.”
—La Reina Blanca, en A través del espejoUna frase que nos recuerda que pensar lo imposible es, a veces, el primer paso para cambiar lo real.
En definitiva, Alicia en el País de las Maravillas nos invita a abrazar la transformación, cuestionar lo establecido y valorar la imaginación como una herramienta para comprender el mundo.
A través de las aventuras de Alicia, Lewis Carroll muestra que crecer implica atravesar el absurdo, convivir con la incertidumbre, desafiar normas injustas y hacerse preguntas incómodas. En ese proceso, lo más valioso no es encontrar respuestas definitivas, sino aprender a pensar por uno mismo y a ver lo cotidiano con una mirada más profunda y creativa.
Y este mensaje sigue siendo relevante —tanto para jóvenes como para adultos— porque nos recuerda que, aunque el mundo sea confuso, no por eso deja de tener sentido. A veces, solo hay que mirar con otros ojos.
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