16-abril- Películas de Semana Santa
clásicos que nos contaron la historia (y marcaron nuestra infancia
Hay olores, sabores y sonidos que, sin darme cuenta, me transportan directamente a la Semana Santa: el incienso, el silencio de las calles vacías, el aroma de las torrijas y los potajes, las procesiones en la televisión… Y, para mí, también están esas películas religiosas. Esas películas largas, solemnes, llenas de túnicas y desiertos, que llenaban nuestras sobremesas durante la Semana Santa, mientras la casa olía a canela y la luz de la tarde se colaba por las cortinas.
Crecí viéndolas. Aunque era pequeña y no entendía del todo lo que pasaba, había algo hipnótico en esas historias: Moisés separando el Mar Rojo, Jesús predicando con una calma infinita, los apóstoles, los romanos, el drama, la música, las miradas al cielo. Era como asistir a una obra de teatro sagrada, rodada en celuloide, que cada año volvía sin avisar. Y sin darme cuenta, me estaban enseñando historia, valores, símbolos… y también cómo se cuenta una historia con el alma.
Estos días, al intentar hacer memoria, repaso esas películas que, generación tras generación, se convirtieron en parte del ritual no escrito de la Semana Santa. Clásicos que no solo narran pasajes de la Biblia, sino que forman parte de mi memoria familiar.
1. Ben-Hur (1959) – William Wyler
Si hay una película que define las tardes de Semana Santa, esa es Ben-Hur. Ganadora de 11 premios Oscar y protagonizada por Charlton Heston, es mucho más que una historia de romanos y carreras de cuadrigas. Es un drama épico que entrelaza la vida de Judá Ben-Hur, un príncipe judío traicionado por su mejor amigo, un oficial romano. A lo largo de la historia, su camino se cruza con el de Jesús, en momentos clave que marcan el rumbo de su transformación.
Recuerdo escenas inolvidables: la carrera de cuadrigas, una de las más icónicas del cine, o esa escena tan poderosa en la que aparece Jesús, sin mostrar su rostro, pero irradiando calma y compasión. Pero, sin duda, la más impactante para mí es la conversión final, profundamente ligada al perdón y la redención.
Ben-Hur no solo entretiene: también enseña. Nos habla del contexto histórico de la ocupación romana, de las tensiones sociales y religiosas, y del surgimiento del cristianismo como un mensaje que transforma desde dentro. Es una película que no solo hay que ver, sino también dejar que nos hable.
Una auténtica obra maestra del cine, que sigue vigente por su mensaje, su puesta en escena y su profundidad. Está disponible en Amazon Prime Video, Apple TV, Rakuten TV y Google Play Movies.
2. Los Diez Mandamientos (1956) – Cecil B. DeMille
La historia de Moisés como nunca antes se había visto.
Otra joya protagonizada por Charlton Heston, esta vez en el papel de Moisés, es Los Diez Mandamientos, la legendaria superproducción dirigida por Cecil B. DeMille. Esta película narra de forma majestuosa la vida del profeta: desde su infancia en el palacio del faraón, hasta su papel como líder del pueblo hebreo y la entrega de las Tablas de la Ley en el monte Sinaí.
Es, sin duda, una de las películas más emitidas en Semana Santa, y con razón. Todavía recuerdo el impacto que me causó ver cómo se abría el Mar Rojo, la escena de la zarza ardiente o el momento solemne de la entrega de las Tablas. Todo en esta película transmite grandeza: la música, la fotografía, los decorados, y esa forma tan teatral y épica de contar una historia que habla de fe, obediencia, justicia y liberación.
Verla en familia durante la sobremesa del Jueves o Viernes Santo se convirtió, durante años, en una especie de maratón sagrado. Era larga, sí, pero también poderosa. Siempre sentí que más allá del espectáculo, había un mensaje que se quedaba rondando por dentro.
Los Diez Mandamientos es mucho más que una película: es un clásico imprescindible de Semana Santa. Está disponible en Amazon Prime Video, Apple TV, Rakuten TV y Google Play Movies.
3. La Pasión de Cristo (2004) – Mel Gibson
Aunque mucho más reciente, La Pasión de Cristo se ha convertido, para muchas familias, en una nueva tradición de Semana Santa. Dirigida por Mel Gibson y protagonizada por Jim Caviezel, es probablemente la representación más cruda, realista y sobrecogedora de las últimas horas de Jesús. Una película intensa, sin concesiones, que no deja indiferente a nadie.
Ambientada en la provincia romana de Judea, la historia sigue a Jesús de Nazaret, un carpintero que comienza a predicar la llegada del Reino de Dios. Sus enseñanzas, llenas de esperanza y verdad, pronto atraen a multitudes que lo reconocen como el Mesías. Pero su mensaje inquieta a las autoridades religiosas, que, con la ayuda de Judas Iscariote, logran arrestarlo y entregarlo a Poncio Pilato. Para evitar un levantamiento, Pilato lo condena a morir en la cruz, como si fuera un criminal cualquiera.
Lo que más me impacta de esta película es la intensidad emocional y física del camino al Calvario. La brutalidad del castigo, el peso de la cruz, la mirada de su madre, los silencios... Todo está contado desde una cercanía que estremece. A través de pequeños gestos y miradas, se transmite el amor, el dolor y el sacrificio como pocas veces se ha visto en el cine.
La Pasión de Cristo está hablada en arameo y latín, lo que le da aún más autenticidad. No es una película fácil de ver, ni pretende serlo. Pero conmueve profundamente y nos conecta con lo esencial: el sufrimiento humano, la compasión, y el poder redentor del sacrificio.
Está disponible en Amazon Prime Video.
4. Jesús de Nazaret (1977) – Franco Zeffirelli
Un retrato detallado de la vida de Jesús.
Más que una película, Jesús de Nazaret es una miniserie épica dirigida por Franco Zeffirelli que muchos recordamos como un auténtico evento televisivo durante la Semana Santa. Con más de seis horas de duración, abarca la vida de Jesús desde su nacimiento en Belén hasta su resurrección, ofreciendo un retrato profundo, minucioso y conmovedor.
Robert Powell dio vida a Jesús con una serenidad y una intensidad en la mirada que se quedaron grabadas en la memoria colectiva. Para muchos, su rostro se convirtió en “la” imagen de Jesús. La puesta en escena, los diálogos, la música… todo en esta producción estaba cuidado con un respeto casi reverencial.
Recuerdo especialmente la escena del Sermón del Monte, tan cargada de belleza y verdad; el encuentro con María Magdalena, lleno de humanidad; el juicio ante Pilatos; y, por supuesto, la resurrección, que cerraba la historia con una luz que trascendía la pantalla.
Jesús de Nazaret era —y sigue siendo— una experiencia casi litúrgica. No era solo una serie: era una catequesis audiovisual, una forma accesible, bella y poderosa de conocer la vida de Cristo. Ideal para ver en familia, para emocionarse, para reflexionar.
Está disponible en Prime Video.
5. Rey de Reyes (1961) – Nicholas Ray
Una representación clásica, con alma poética.
Rey de Reyes es otra de esas películas que forman parte del repertorio habitual de Semana Santa. Dirigida por Nicholas Ray y protagonizada por Jeffrey Hunter en el papel de Jesús, esta versión de 1961 destaca por su tono épico, su ritmo pausado y una estética cuidada que invita más a la contemplación que al dramatismo.
Es una de esas películas que parecen hablarnos en susurros, que no buscan impactar por la violencia ni el exceso, sino por la belleza visual, la música, la palabra. En ella vemos desde la infancia de Jesús hasta su descubrimiento en el templo, pasando por las parábolas —narradas en voz en off— y, por supuesto, la crucifixión, rodada con una sensibilidad artística que conmueve.
La figura de Jesús en Rey de Reyes se presenta como un faro de esperanza en medio de un mundo oprimido. Su mensaje se eleva por encima de la historia, convirtiéndose en símbolo de paz, justicia y redención.
Con producción de Samuel Bronston y la Metro-Goldwyn-Mayer, y rodada en parte en España como muchas de las grandes superproducciones de la época, Rey de Reyes sigue siendo una joya del cine religioso clásico.
Puedes verla en Canal Trece, el Sábado Santo a las 17:10.
6. Quo Vadis (1951) – Mervyn LeRoy
El eco del mensaje de Cristo en tiempos de persecución.
Quo Vadis es una de esas películas que, aunque no se centra directamente en la figura de Jesús, transmite con fuerza el impacto de su mensaje en los primeros años del cristianismo. Ambientada en la Roma de Nerón, nos muestra un imperio convulsionado, donde los seguidores de Cristo empiezan a vivir su fe en medio de la amenaza constante de la persecución.
Aún tengo grabadas en la memoria las escenas del circo romano, con los cristianos enfrentando su destino con una dignidad que estremecía. También me viene a la mente el personaje de Petronio, atrapado entre la razón y la fe, y, por supuesto, la figura de Pedro, firme y sereno, guiando a los primeros creyentes con una fe que traspasaba la pantalla.
Quo Vadis habla del coraje de creer, de la fidelidad a un mensaje que transforma desde dentro, incluso en medio del horror. La puesta en escena es espectacular, llena de fuerza visual, pero lo que realmente permanece es el mensaje de fondo: la esperanza que nace del testimonio y del amor sin condiciones.
Una obra poderosa sobre los orígenes del cristianismo, ideal para quienes quieren comprender cómo, incluso sin mostrar a Jesús, su presencia puede sentirse con intensidad.
7. Barrabás (1961) – Richard Fleischer
¿Y si contáramos la historia desde el punto de vista del hombre que fue liberado en lugar de Jesús?
Barrabás se atreve a hacerlo, y lo hace con un tono profundamente reflexivo y trágico. Esta película nos pone frente a un personaje que, aunque no pidió salvación, se ve marcado por el sacrificio de otro. Su vida, desde ese momento, se convierte en una búsqueda desesperada de sentido, de redención, de paz interior.
Me impactó especialmente la escena del juicio ante Pilatos, ese instante en que el pueblo elige. A lo largo del relato, vemos cómo Barrabás pasa de ser un ladrón a un hombre quebrado por la culpa y la duda, enfrentado a un destino que no pidió. Y por supuesto, la escena de la crucifixión —con esa oscuridad que cubre el cielo— permanece como un símbolo de todo lo que no se dice, pero se siente.
Barrabás es una obra diferente, incómoda en el mejor sentido. No idealiza ni endulza. Plantea preguntas difíciles y nos recuerda que el mensaje de Cristo también toca, de manera inesperada, a quienes no lo buscan.
8. La historia más grande jamás contada (1965)
Un retrato reverente y majestuoso de la vida de Jesús.
La historia más grande jamás contada es otro gran clásico del cine bíblico. Larguísima, solemne, profundamente fiel a los Evangelios, esta película es casi como un cuadro en movimiento. Su puesta en escena tiene algo de pictórico, de sagrado, como si cada plano estuviera pensado para transmitir reverencia.
Fue un proyecto ambicioso que reunió a muchos grandes actores de la época, con Charlton Heston interpretando a Juan Bautista. La narración abarca desde el nacimiento de Jesús en Belén hasta su resurrección, pasando por el bautismo en el Jordán, las tentaciones en el desierto, el Sermón del Monte, los milagros, la entrada en Jerusalén, la Última Cena, la pasión y la crucifixión.
Lo que más me llamó la atención fue el tono: solemne pero humano, lleno de silencios y miradas. Destacan especialmente el bautismo en el Jordán, rodado con una belleza serena; las tentaciones, filmadas en un desierto casi simbólico; y la escena de la resurrección, envuelta en un misticismo que deja huella.
Es una película para ver con calma, incluso en varias partes, como si fuera una serie. Te sitúa en el tiempo, en el paisaje, en la mirada de los apóstoles. Más que contar una historia, te hace vivirla desde dentro.
'9.-La Última Tentación de Cristo' (1988)
Una interpretación controversial, pero profundamente humana.
La última tentación de Cristo, dirigida por Martin Scorsese y basada en la novela de Nikos Kazantzakis, ofrece una mirada muy distinta a la figura de Jesús. Una película que no deja indiferente: ha sido polémica desde su estreno, pero también es una obra valiente, que se atreve a explorar la humanidad de Jesús como ninguna otra.
Aquí no se trata de mostrar solo al Mesías divino, sino al hombre con dudas, miedos, deseos y contradicciones. Y justamente por eso, es tan poderosa. No intenta desafiar la fe, sino profundizar en el misterio de la encarnación, en lo que significa realmente que Jesús también fue humano.
Hay momentos clave que se quedan grabados:
La tentación en el desierto, donde Jesús se enfrenta a Satanás en distintas formas, encarnando sus luchas internas.
Su primer sermón, cuando comienza a compartir su mensaje con una multitud aún incrédula.
La expulsión de los mercaderes del templo, llena de fuerza e indignación.
Y, sobre todo, la escena de la última tentación: Jesús, ya crucificado, imagina una vida distinta, como hombre común, con familia e hijos. Una escena arriesgada, pero conmovedora, que representa su última gran batalla entre el sacrificio y el deseo.
Es una película para ver con la mente abierta y el corazón dispuesto. No ofrece respuestas fáciles, pero sí muchas preguntas necesarias. Una reflexión sobre la libertad, el amor y el peso de una misión.
Disponible en Apple TV, Filmin y Google Play.
10.- Espartaco
Un símbolo de libertad y dignidad humana.
Espartaco es otro clásico imprescindible de la programación de Semana Santa. Aunque no es una película bíblica, su historia encaja perfectamente con los temas de redención, sacrificio y lucha por la dignidad que resuenan en estas fechas. Dirigida por Stanley Kubrick y protagonizada por un inolvidable Kirk Douglas, esta épica de 1960 ganó cuatro premios Oscar y se ha convertido en un referente absoluto del cine histórico.
La historia gira en torno a Espartaco, un esclavo convertido en gladiador que lidera una rebelión contra el poder del Imperio Romano. Más allá de su espectacularidad, es una película profundamente humana, que habla de la libertad, la justicia y la capacidad de resistir incluso cuando todo parece perdido.
Hay escenas que han pasado a la historia del cine:
El famoso “¡Yo soy Espartaco!”, donde los esclavos se niegan a delatar a su líder, uno de los gestos de solidaridad más conmovedores que he visto en pantalla.
El entrenamiento en la escuela de gladiadores, donde la brutalidad convive con la camaradería.
La batalla final, filmada con una escala épica impresionante.
Y la tensa confrontación entre Craso y Antonino, cargada de simbolismo y debate moral.
Espartaco no necesita un mensaje religioso para resonar profundamente. Su historia toca algo esencial: el valor de la libertad, el poder del sacrificio y la esperanza de un mundo más justo.
Disponible en Apple TV, Amazon Prime Video y Filmin.
11-La túnica sagrada
La transformación que nace del contacto con lo sagrado.
La túnica sagrada (The Robe, 1953), dirigida por Henry Koster, es una de esas películas que se han ganado su lugar en la programación habitual de Semana Santa. Protagonizada por Richard Burton, Jean Simmons y Victor Mature, esta cinta épica recibió cinco nominaciones al Oscar y se alzó con dos: mejor vestuario y mejor dirección artística en color.
Basada en la novela de Lloyd C. Douglas, la película narra la historia de Marcellus Gallio, un tribuno romano que, por azar, se convierte en el dueño de la túnica de Cristo tras presenciar su crucifixión. Lo que sigue es una transformación espiritual profunda, impulsada no por una fe inmediata, sino por el desconcierto, el remordimiento y la necesidad de comprender lo que ha vivido.
Varias escenas quedan grabadas por su carga simbólica y emocional:
La crucifixión y la obtención de la túnica, el momento que desencadena todo el conflicto interior del protagonista.
El tormento psicológico de Marcellus, marcado por pesadillas y una culpa que lo consume lentamente.
Su encuentro con los discípulos, que abre paso a una comprensión más honda del mensaje de Jesús.
Y finalmente, la confrontación con Calígula, en la que Marcellus arriesga su vida al mantenerse fiel a su nueva fe.
La túnica sagrada no es solo un drama histórico; es una historia de conversión, de lucha interna entre el deber y la conciencia, entre el poder y la fe. Una película ideal para quienes buscan en el cine algo más que espectáculo: una historia que hable al alma.
12.-Risen' (2016)
La resurrección contada desde el otro lado.
Resucitado (Risen, 2016), dirigida por Kevin Reynolds, propone una mirada innovadora al relato de la resurrección de Jesús. En lugar de centrarse en los discípulos o en la figura de Cristo, la historia se narra desde los ojos de Clavius, un tribuno romano escéptico, interpretado por Joseph Fiennes, cuya misión es investigar la misteriosa desaparición del cuerpo de un crucificado llamado Jesús.
Lo que comienza como una investigación rutinaria se convierte poco a poco en un viaje interior. Clavius, firme en su racionalismo y lealtad al imperio, se enfrenta a hechos que no puede explicar, y a personas que hablan de amor, perdón y vida eterna con una certeza que lo desarma.
Algunas escenas son especialmente poderosas:
La crucifixión y la posterior desaparición del cuerpo, que despierta las primeras dudas en Clavius.
El inesperado encuentro con Jesús, vivo, reunido con sus discípulos, en una escena que rompe por completo la lógica del tribuno.
La sanación de un leproso, que Clavius presencia con asombro, incapaz de seguir negando lo que ve.
Y la ascensión de Jesús, un momento de paz y luz que sella la transformación interior del protagonista.
Resucitado es una película sobria, cuidada, que mezcla el género bíblico con elementos de cine de investigación. Ideal para quienes buscan una aproximación distinta, más íntima y humana, a uno de los momentos más trascendentes de la fe cristiana.
13.-Jesucristo Superstar' (1973)
Una ópera rock que revolucionó la forma de contar la Pasión.
Jesucristo Superstar (1973), dirigida por Norman Jewison, es una de las interpretaciones más originales y provocadoras de los últimos días de Jesús. Basada en la famosa ópera rock de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, esta adaptación cinematográfica combina música, teatro y espiritualidad en un formato único, que rompió esquemas y aún hoy conserva su fuerza.
Lo que hace especial a esta película es su enfoque narrativo: la historia está contada desde la perspectiva de Judas Iscariote, lo que le da un matiz crítico y profundamente humano. Judas no es solo el traidor; es un personaje complejo, atrapado entre la admiración, el miedo y la frustración. Todo esto envuelto en una estética setentera, visualmente impactante y cargada de simbolismo contemporáneo.
Algunas escenas se quedan grabadas tanto por su fuerza emocional como por su potencia musical:
“Heaven on Their Minds”, donde Judas expresa sus dudas sobre Jesús y el posible desenlace político del movimiento.
“I Don’t Know How to Love Him”, con una María Magdalena vulnerable, atrapada entre el amor espiritual y el amor humano.
“Gethsemane”, uno de los momentos más poderosos, donde Jesús se enfrenta a su destino con dolor y duda, mostrando toda su humanidad.
“King Herod’s Song”, una escena irónica y teatral, donde el sarcasmo sirve como crítica al poder y la incredulidad.
Y por supuesto, “Superstar”, el gran número final, en el que Judas regresa para cuestionar a Jesús desde una dimensión casi simbólica, en un clímax musical inolvidable.
Jesucristo Superstar no busca dar respuestas sencillas. Es una obra que invita a mirar la Pasión desde otro ángulo, con una sensibilidad moderna, provocadora y artística. Ideal para quienes se atreven a explorar lo sagrado desde el arte contemporáneo
14.-La vida de Brian' (1979)
Una sátira brillante sobre la fe, la política y la condición humana.
La vida de Brian (Monty Python’s Life of Brian, 1979), dirigida por Terry Jones y escrita por el mítico grupo británico Monty Python, es probablemente la sátira bíblica más famosa —y polémica— de la historia del cine. Con su humor irreverente y afilado, la película no se burla de la figura de Jesús, sino de las estructuras que se forman en torno a la religión, la política y la sociedad.
Brian Cohen, el protagonista, nace el mismo día que Jesucristo… en un pesebre vecino. A partir de ahí, su vida se convierte en un cúmulo de malentendidos y absurdos que lo llevan a ser confundido constantemente con el Mesías. Sin ser particularmente brillante ni heroico, Brian termina viviendo su propia versión del calvario, rodeado de revolucionarios desorganizados, romanos despistados y fanáticos dispuestos a seguir cualquier señal, por absurda que sea.
Hay escenas que, pese a su tono cómico, se han vuelto icónicas por su capacidad de hacer pensar mientras hacen reír:
La crucifixión final, donde los condenados cantan “Always Look on the Bright Side of Life”, una sátira sobre el optimismo absurdo en situaciones límite.
La aparición del Frente Popular de Judea, más ocupado en discutir con otros grupos que en combatir a los romanos, una crítica divertida —y vigente— a la fragmentación política.
La figura de Poncio Pilato con su famoso ceceo, que desencadena situaciones cómicas, especialmente al nombrar a su amigo “Pijus Magníficus”.
Y la lección de latín, donde un soldado romano obliga a Brian a corregir una frase mal escrita como castigo, parodiando la rigidez militar y académica.
La vida de Brian es una comedia que, bajo su tono burlón, esconde una mirada aguda sobre la condición humana, la necesidad de líderes y la facilidad con la que se puede desvirtuar cualquier mensaje, incluso el más puro. Una forma distinta de acercarse a los temas de siempre, con inteligencia y sin solemnidad.
Se emite este Jueves Santo a las 22:25 horas.
Más que cine: una tradición compartida
Lo hermoso de estas películas no era solo lo que contaban, sino cómo las veíamos. En familia, después de comer, cuando la casa estaba en calma. Las cortinas entornadas, los platos aún sobre la mesa, el sonido del televisor de fondo mientras alguien se dormía en el sofá.
Y aunque hoy tenemos plataformas, móviles y contenido sin fin, hay algo que estas películas siguen ofreciendo: la posibilidad de parar. De mirar atrás. De recordar. De transmitir valores sin necesidad de explicarlos.
A veces las vemos por nostalgia. A veces, por fe. Otras, por pura costumbre. Pero sea cual sea el motivo, nos ayudan a vivir la Semana Santa desde lo simbólico, lo narrativo y lo profundamente humano.
Verlas hoy: un acto de memoria y conexión
Ver estas películas con nuestros hijos, sobrinos o nietos puede parecer algo pasado de moda, pero en realidad es una oportunidad maravillosa para crear nuevos recuerdos. Igual que las torrijas, las procesiones o los oficios, estas historias también forman parte de nuestros rituales familiares.
Porque cuando compartimos una película, también compartimos conversación, preguntas, emociones. Damos contexto. Recordamos a quienes ya no están, repetimos frases que escuchamos de pequeños: “Mira, aquí es donde parte el mar”, “Este era mi momento favorito de niño”, “¿Ves cómo mira Jesús?”.
Y en ese gesto tan sencillo, estamos tejiendo historia. La nuestra
¿Qué película eliges este año?
Quizás este año te animes a recuperar alguna. A poner Ben-Hur en la sobremesa, aunque tus hijos al principio pongan cara rara. A volver a Jesús de Nazaret y dejar que su música te erice la piel, como cuando eras pequeño. A descubrir La Pasión de Cristo con una mirada adulta. O incluso a buscar joyas menos conocidas que cuenten otras partes de la historia.
Porque más allá de su valor cinematográfico o religioso, estas películas son relatos que nos construyen. Nos conectan con lo que fuimos, y con lo que queremos transmitir.
Así que esta Semana Santa, apaga un rato las prisas, prepara una buena bandeja de torrijas, acomódate en el sofá y revive uno de esos clásicos. No solo estarás viendo una película: estarás participando en una tradición que une generaciones.
Como recomendación final os incluyo el orden cronólogico para ver las películas, aunque por su puesto cualquier opción es válida
1. Los Diez Mandamientos (1956) – La historia de Moisés y la liberación del pueblo hebreo
· Época del Antiguo Testamento.
2. Rey de Reyes (1961) – Desde el nacimiento hasta la muerte de Jesús
· Infancia y vida pública de Jesús.
3. La historia más grande jamás contada (1965) – Otro recorrido completo por la vida de Jesús, en tono solemne y reverente
· Nacimiento, bautismo, ministerio, pasión y resurrección.
4. Jesús de Nazaret (1977) – Una versión minuciosa y humanizada del Evangelio
· Ideal para profundizar más en los relatos ya conocidos.
5. Jesucristo Superstar (1973) – Una mirada moderna y musical a los últimos días de Jesús
· Pasión de Cristo desde una perspectiva artística contemporánea.
6. La Pasión de Cristo (2004) – La versión más cruda y realista del sufrimiento y la crucifixión
· Desde el huerto de Getsemaní hasta la crucifixión.
7. La última tentación de Cristo (1988) – Jesús entre lo divino y lo humano
· Una interpretación alternativa y profunda sobre el sacrificio y la tentación.
8. La túnica sagrada (1953) – El impacto inmediato de la crucifixión en un soldado romano
· Después de la crucifixión: conversión y transformación.
9. Risen (Resucitado) (2016) – La resurrección desde el punto de vista de un escéptico
· Desde la resurrección hasta la ascensión.
10. Barrabás (1961) – El hombre liberado en lugar de Jesús y su viaje de redención
· Después de la crucifixión.
11. Quo Vadis (1951) – El cristianismo primitivo en Roma bajo persecución
· Los primeros años tras la resurrección y expansión de la fe.
12. Ben-Hur (1959) – Una historia paralela que se cruza con la de Jesús
· Jesús aparece como figura secundaria pero transformadora.
13. Espartaco (1960) – No es bíblica, pero refleja la lucha contra la opresión en el Imperio Romano
· Contexto histórico que encaja con el espíritu de los primeros cristianos.
14. La vida de Brian (1979) – Una sátira final para cerrar con humor y reflexión
· Perfecta para terminar con una sonrisa y una dosis de pensamiento crítico.
¿Cómo podrías organizar el visionado durante Semana Santa?
Domingo de Ramos a Miércoles Santo: Películas sobre la vida de Jesús (2–4).
Jueves y Viernes Santo: La pasión y crucifixión (5–7).
Sábado Santo: Películas sobre la resurrección y sus consecuencias (8–10).
Domingo de Resurrección: Testimonios del cristianismo temprano y su expansión (11–12).
Lunes de Pascua o post-Semana Santa: Un cierre simbólico con Espartaco y La vida de Brian (13–14).
¿Te animas?