🔥24 de junio- Las Hogueras de San Juan: El inicio de algo
Combina antiguos rituales paganos del solsticio con tradiciones cristianas, con hogueras como símbolo de purificación y renacimiento. Fiesta mágica para el inicio del verano y la renovación de deseos
Recuerdo las hogueras de San Juan como el verdadero inicio del verano. Era el pistoletazo de salida a esa estación que, en la infancia, parecía infinita. Las clases acababan, los cuadernos se cerraban, y todo el barrio se volcaba en preparar ese ritual mágico que era la hoguera.
Durante semanas, los chicos del barrio recorrían las calles recolectando muebles viejos, palés, cajas… todo lo que pudiera alimentar el fuego. Llamaban a las puertas, preguntaban si había algo “para la hoguera”. Los “tesoros” se acumulaban en un vado cerca del tren, cuidadosamente apilados, formando un cono perfecto, alto, imponente, como si el fuego fuera un dios al que se le preparaba una ofrenda.
Esa tarde salíamos con mis amigas, con la emoción vibrando en el aire. Nos acercábamos a ver cómo crecía la estructura, sabiendo que aún faltaban horas para que ardiera, pero sin poder resistirnos al magnetismo del momento.
Cuando por fin llegaba la noche, nos colocábamos alrededor del montón, cerca, pero con respeto. Hacía frío —ese frío agudo de las noches cortas—, pero en cuanto prendía la llama, todo cambiaba. El fuego subía rápido, vivo, y el círculo de personas también crecía. El calor nos enrojecía las mejillas, nos envolvía como un abrazo. Era casi hipnótico ver cómo los muebles, antes parte de alguna casa, se carbonizaban, se convertían en ceniza. Pero en ese vacío también nacía algo: el verano.
A lo lejos, estallaban petardos. Tam-tam-tam, como tambores de un nuevo ciclo. No entendía del todo qué pasaba, pero lo sentía en los huesos: un tiempo moría, y otro —más luminoso, más libre— nacía con nosotros.
🌞 ¿Cuál es el origen de esta tradición?
Aunque hoy la noche de San Juan se celebra entre el 23 y el 24 de junio, su origen se remonta a antiguas celebraciones paganas del solsticio de verano (alrededor del 21 de junio), el día más largo del año en el hemisferio norte. Era un momento cargado de simbolismo: el triunfo de la luz sobre la oscuridad.
Se encendían hogueras para dar fuerza al sol, proteger a las personas, purificar los campos y atraer fertilidad. El fuego representaba renovación, protección y deseo. Culturas como la celta, la romana o la nórdica ya realizaban estos ritos, como lo demuestran monumentos como Stonehenge.
Con el tiempo, el cristianismo adaptó la tradición y la vinculó con el nacimiento de San Juan Bautista, que, según el Evangelio, ocurrió el 24 de junio. Su padre, Zacarías, encendió una gran hoguera para anunciarlo. Por eso, hoy el fuego sigue presente: para anunciar, purificar y celebrar.
🔮 Ritos, deseos y magia
Más allá de lo religioso o lo ancestral, hay algo profundamente humano en esta noche. Un deseo colectivo de renovación. Cada quien con su ritual:
· Escribir en un papel lo malo del año y quemarlo.
· Anotar tus deseos más íntimos y lanzarlos al fuego.
· Saltar la hoguera (3, 7 o 9 veces, según la tradición) para atraer suerte.
· Lavarse la cara o bañarse en el mar a medianoche.
· Colocar 9 flores bajo la almohada para soñar con el futuro amor.
· Beber agua recogida esa noche como protección.
· Quemar “Juanillos” o muñecos de trapo con lo que se quiere dejar atrás.
Son formas de decir: “Estoy listo para lo nuevo.”
📍 Así se celebra en distintos lugares
· Alicante: Grandes monumentos de cartón y madera se queman en una fiesta similar a las Fallas, con desfiles, fuegos artificiales y bandas de música.
· Galicia y el norte: Hogueras en la playa, saltos, baños de medianoche y la tradicional queimada gallega, con conxuro incluido.
· Cataluña: Se celebra la Revetlla de Sant Joan con coca, fuegos artificiales y fogatas en la playa.
· Andalucía: Se queman deseos escritos, muñecos, y la playa es el epicentro de la celebración.
· Portugal (Oporto): La gente se golpea con martillos de juguete en un ambiente festivo y callejero.
· Países nórdicos y bálticos: Coronas de flores, danzas en círculo y fuego. En lugares como Suecia o Estonia, se mantiene el simbolismo solar original.
🌍 ¿Y fuera de Europa?
En el hemisferio sur, la misma fecha marca el solsticio de invierno, y se celebra la fiesta inca del Inti Raymi, dedicada al dios Sol. Perú, Ecuador y Colombia honran al astro rey con rituales similares, también con fuego, danzas y ofrendas.
✨ ¿Por qué nos sigue emocionando?
Porque, en medio de todo lo moderno, hay algo primitivo y reconfortante en ver arder una hoguera rodeados de gente. Porque todos necesitamos cerrar ciclos. Porque nos gusta imaginar que el fuego puede limpiar, sanar, transformar.
Las llamas bajan, el calor se disipa, pero algo queda encendido dentro de nosotros: una promesa de días lentos, baños de sol y una libertad casi infantil.
Las hogueras de San Juan, para mí, no eran solo llamas.
Eran magia. Eran comienzo. Eran verano.