25/03/2025
Las excursiones creativas: una herramienta para una vida más plena
Hace un tiempo descubrí una herramienta sencilla, pero transformadora, para llevar una vida más satisfactoria: las excursiones creativas. La idea, popularizada por Julia Cameron en El Camino del Artista, consiste en reservar tiempo para ti mismo, de forma regular, y salir en solitario a hacer algo que te inspire, te divierta o simplemente te conecte contigo. Cameron las llama “citas con el artista”, y yo las he adoptado como una forma de volver a mí, de disfrutarme y, sobre todo, de conocerme. Aunque tengo que decir que yo las descubrí con Sarah Ban Breatnach en su famoso libro “el encanto de la vida simple”.
Curiosamente, era algo que ya hacía de vez en cuando, aunque sin darle nombre. Pero entender que estas escapadas no son un lujo, sino una necesidad, cambió mi forma de vivirlas. De repente, ese pequeño sentimiento de culpa que a veces aparecía al "desconectar del mundo" se desvaneció. Empecé a planificarlas con intención, como quien cuida una planta que necesita luz para crecer. Y sí, me hizo sentir muchísimo mejor.
“Una cita con el artista es una excursión semanal para nutrir a tu artista interior. Es una experiencia de solitud planificada para escuchar, ver, experimentar y, sobre todo, jugar.” Julia Cameron.
Y es justo eso. Jugar. Explorar. Volver a mirar el mundo con ojos curiosos. Solo al ponerlas en práctica comprendes su capacidad sanadora.
¿Qué es una excursión creativa?
Una excursión creativa es un encuentro contigo mismo. Un rato, largo o corto, para dedicarte tiempo, disfrutar de tus pasiones o incluso descubrir nuevas. No tiene que ser caro, ni perfecto, ni extraordinario. Lo importante es que lo hagas solo y que lo elijas con intención. Es tiempo de calidad contigo, como el que dedicas a alguien que te importa.
Algunas ideas para empezar:
Ir al cine a ver esa película que mueres por ver.
Pasear sin rumbo por un barrio nuevo.
Sentarte a desayunar en una cafetería bonita.
Visitar un museo o una galería.
Perderte en una librería o en una tienda de manualidades.
Leer una revista en la biblioteca.
Explorar un mercado local, probar un nuevo sabor.
Hacer turismo por tu propia ciudad.
Ir a la piscina, darte una sauna, o simplemente caminar por el parque escuchando música.
Lo importante no es qué hagas, sino cómo lo vivas. Sal ahí fuera a buscar cosas que te despierten, que te hagan sonreír, que te conecten contigo. Y si al principio no sabes qué hacer, empieza por algo pequeño: un capricho, una curiosidad, algo que llevas tiempo postergando. Poco a poco se convertirá en un ritual al que no querrás renunciar.
¿Por qué son tan importantes?
Porque, como dice Cameron, la creatividad se alimenta de imágenes. Y ese pozo interior del que nacen nuestras ideas se seca si no lo llenamos conscientemente. El estrés, la rutina, el perfeccionismo, o simplemente el dar sin parar, agotan nuestras reservas. Las excursiones creativas son agua fresca para ese pozo.
Son una forma de jugar, y el juego es el idioma favorito de la creatividad.
Estás ahí fuera para deleitarte. Y eso requiere atención, presencia y cariño hacia ti mismo. El término "cita con el artista" tiene dos partes: “artista” y “cita”. La primera implica planear algo que te nutra. La segunda, que lo esperes con ilusión. Porque sí: estás cortejándote a ti mismo.
En resumen:
Son una cita semanal contigo.
Nutren tu mundo interior.
Activan tu alegría y creatividad.
No necesitan ser caras, largas ni perfectas.
Son un acto de amor propio.
Como diría Cameron:
“La creatividad es una relación amorosa con la vida. Y como toda relación, necesita tiempo, atención… y un poco de aventura.”
Yo he aprendido a usar las excursiones creativas no solo como una fuente de disfrute, sino también como un camino hacia el autoconocimiento. Escucharme, reencontrarme con actividades olvidadas, redescubrir placeres o incluso abrir la puerta a algo nuevo que cambie mi forma de vivir.
Pero no solo eso, estas excursiones te ayudarán a descubrir lo que te gusta, a conocerte y a llevar una vida más plena.
Y si, después de leer todo esto, aún no se te ocurre por dónde empezar tus excursiones creativas, aquí tienes 52 ideas —una para cada semana del año— para que nunca te falte inspiración:
Viaja a un lugar nuevo, aunque esté cerca.
Explora una ciudad vecina o un rincón desconocido de tu propia ciudad. Cambiar de entorno despierta los sentidos. Mira con ojos de turista.Da un paseo en silencio por la naturaleza.
Sin música, sin móvil, sin prisas. Solo tú y el mundo natural. Observa el movimiento de las hojas, la luz del atardecer, los pequeños detalles.Ve a una cafetería con encanto y lleva un libro.
Elige un rincón acogedor, pide tu bebida favorita y sumérgete en la lectura. Deja que el tiempo se detenga entre sorbos y páginas.Haz una caminata por un bosque, parque o sendero.
Caminar desbloquea ideas y reconecta cuerpo y mente. Lleva una libreta si quieres anotar lo que surja.Toma una clase de algo que siempre te ha intrigado.
Cerámica, cocina, danza, collage... No importa si lo haces bien o mal. Lo importante es jugar y explorar.Ve al cine sola.
Disfruta de una historia sin distracciones, en total presencia. Deja que las imágenes te hablen al alma.Pasea por un parque y detente a observar.
Árboles, caminos, flores, personas... Cada paseo puede ser una meditación en movimiento.Visita una librería infantil.
Explora sin apuro. Déjate llevar por los colores, las ilustraciones, los cuentos. El asombro también es arte.Prueba un ejercicio nuevo.
Baila, haz yoga, entrena boxeo. Moverte distinto puede desbloquear emociones dormidas.Entra en una iglesia o templo y siéntate en silencio.
A veces, el arte, la música o lo sagrado inspiran sin palabras.Visita una tienda de animales.
Observa su ternura, sus movimientos, su energía. Conecta con lo lúdico e instintivo.Haz una escapada de fin de semana sin mucha planificación.
Romper la rutina, aunque sea solo por un par de días, puede devolverte claridad y nuevas ideas.Visita un museo o galería de arte.
Camina despacio. Deja que una obra te elija, aunque no sepas por qué.Crea algo con tus manos.
Pinta, escribe, teje, modela. No busques perfección, solo juega.Prueba un deporte nuevo.
Explorar una nueva forma de moverte también es una forma de liberarte.Regálate un día de descanso profundo o de spa.
Silencio, autocuidado y desconexión. El cuerpo también necesita ternura.Haz un picnic en el parque.
Prepara algo rico, extiende una manta y saborea la pausa.Ve de compras a solas.
No para acumular, sino para observar. Elige algo solo porque te hace sonreír.Participa en una meditación o retiro de silencio.
El silencio también habla. Escucharlo puede revelarte mucho de ti.Desconéctate de redes sociales por un día.
Haz espacio para ti. Observa cómo te sientes al no estar disponible para el mundo.Escribe una carta a tu yo del futuro.
Cuéntale lo que sueñas, lo que temes, lo que esperas. Será un regalo con retraso.Visualiza tus metas a largo plazo.
Desde la calma, sin presión. Soñar también es crear.Visita un acuario.
Contempla el movimiento del agua, los colores, la serenidad del mundo marino.Haz un curso online de algo que te despierte curiosidad.
Aprender por puro placer es un acto de amor propio.Aprende a cocinar una receta nueva.
Juega con los ingredientes, explora sabores. Comer también puede ser arte.Asiste a un evento cultural.
Déjate sorprender. A veces, una chispa externa despierta un fuego interno.Haz una limpieza profunda en casa.
Ordenar afuera también ordena por dentro. Deja espacio para lo nuevo.Empieza a estudiar un idioma nuevo.
Ampliar tu vocabulario es ampliar tu mundo.Haz una ruta larga a pie, como el Camino de Santiago.
Caminar durante días transforma. Hacia fuera y hacia dentro.Contempla el amanecer o el atardecer desde un lugar bonito.
Sin hacer nada. Solo estar. Solo mirar.Ve a una tienda de telas y elige una para un proyecto.
Siente las texturas, imagina qué podrías crear. A veces basta con tocar.Haz un viaje en coche sin destino fijo.
Conduce con las ventanas abiertas, música suave y la brújula del corazón.Inicia un reto de 30 días: dibujo, escritura, gratitud...
Un gesto pequeño cada día puede cambiar tu forma de estar en el mundo.Pasa una tarde en la biblioteca.
Déjate guiar por los títulos, por el azar, por la curiosidad.Aprende a tocar un instrumento.
No importa cómo suene. Deja que el sonido sea tu juego.Escribe en tu diario.
No lo que hiciste, sino lo que sentiste. Sé honesta, sé libre.Asiste a un evento deportivo como espectadora.
Vibra con la emoción, la pasión, la entrega colectiva.Jardinea, aunque sea en una maceta.
Plantar algo es cuidar la vida. Y eso también te cuida a ti.Prueba cerámica o barro.
Moldea con tus manos, con tus emociones. Siente el contacto.Ve a un concierto tú sola.
La música puede tocar partes de ti que habías olvidado.Toma un tren o bus sin rumbo claro.
Bájate donde te llame la intuición. A veces, perderse es encontrarse.Compra en un mercado local.
Explora olores, sabores, texturas. Conecta con lo esencial.Haz voluntariado en algo que te toque el corazón.
Dar también te llena. Es una forma de volver a lo importante.Haz yoga o pilates solo para sentirte bien.
Muévete lento. Respira hondo. Escucha a tu cuerpo.Ve a una papelería y compra algo bonito.
Un cuaderno, un bolígrafo, una postal. Lo pequeño también inspira.Prueba un restaurante nuevo.
Sola, sin distracciones. Comer contigo es celebrar tu compañía.Visita una sombrerería antigua.
Prueba sombreros por jugar. Cambiar algo externo puede despertar algo interno.Explora una tienda de plantas.
Deja que una te elija. Observa su forma de estar viva.Ve a una perfumería y deja que los aromas te hablen.
Los olores son puertas a la memoria emocional.Pasa un día entero en la playa, sin reloj.
Camina, lee, duerme, flota. Deja que el mar te vacíe y te llene.Escribe un poema, aunque nunca lo muestres.
Juega con las palabras. Déjate sentir sin reglas.Escribe una carta de tu yo de nueve años para ti.
Recuerda lo que soñabas, lo que te hacía reír, lo que aún sigue ahí
"La creatividad es una cita constante con lo desconocido: cada idea es un encuentro, cada obra, una conversación entre el artista y su alma."
¿Cuando será tu próxima cita?