26 de mayo-Dos mundos, un mismo sol: Café del Mar en Ibiza vs. Abu Dabi
Descubre la esencia de Café del Mar en Ibiza y Abu Dabi. Un viaje entre la intimidad del Mediterráneo y el espectáculo de Yas Island, donde música, mar y atardeceres crean momentos inolvidables
26/05/2025
Recientemente visité Abu Dabi por primera vez, y entre las recomendaciones que recibí estaba el famoso Café del Mar. Desde el momento en que llegué, supe que estaba entrando en un lugar diferente. Un ambiente elegante, con vistas espectaculares y una atmósfera sofisticada que por la noche se convierte en algo casi mágico.
Ubicado en Yas Bay Waterfront, este Café del Mar es mucho más que un bar: es un beach club exclusivo, con piscina infinita, tumbonas, cabañas privadas y jacuzzis que invitan a relajarte mientras los DJs residentes marcan el ritmo. El restaurante mediterráneo ofrece una carta exquisita, con platos como linguini de langosta, sushi fresco o tacos gourmet, acompañados de cócteles creativos como el “Yay at Yas” o la sangría de la casa. Para quienes buscan aún más ambiente, el 360 Island Bar es el escenario perfecto, con música en vivo, cócteles innovadores y una energía vibrante que te envuelve desde el primer paso.
No es casualidad que este lugar haya recibido premios como Favourite Daycation y Best Outdoor Bar en los What’s On Awards Abu Dhabi 2023. Es un sitio que invita a disfrutar, dejarse llevar y guardar en la memoria una experiencia única junto al mar.
Esa tarde nos acercamos al atardecer para disfrutar del espectáculo. No llevábamos traje de baño, pero no importó. La música chill-house flotaba en el aire mientras una gran pantalla con la cuenta atrás marcaba los minutos para la puesta de sol. Con una bebida fría en la mano, observaba cómo todo parecía seguir un guión: grupos bronceados, selfies interminables, risas despreocupadas. El diseño moderno, con asientos interiores y exteriores, hacía de cada rincón un lugar ideal para disfrutar de una comida o bebida. El ambiente era vibrante y sofisticado, acompañado por una música envolvente que le daba vida a cada momento.
El ambiente era de postal, lleno de vida. Grupos de chicos bronceados, cuerpos esculpidos por el sol y el gimnasio, se paseaban con mojitos en mano y miradas cómplices. Cerca, chicas en bikinis mínimos mostraban pieles doradas y movimientos suaves, conscientes de estar en el centro de todas las miradas.
En una esquina, un grupo celebraba un cumpleaños con bengalas en botellas, risas y aplausos. A pocos metros, una pareja se abrazaba frente al mar, abstraída, como si el mundo entero fuera solo ese horizonte encendido. La playa invitaba a un baño en un día caluroso, pero nos contentamos con disfrutar de las vistas.
La piscina vibraba con conversaciones cruzadas, selfies imposibles y chapoteos juguetones. Todo parecía parte de un guion no escrito: belleza, deseo y fiesta. La cuenta atrás seguía bajando, y con cada minuto, el ambiente se transformaba.
Cuando el reloj marcó “7 minutos”, un grupo de bailarinas surgió entre las columnas del lounge, con trajes de marinera estilizados, movimientos precisos y sonrisas encantadoras y una coreografía elegante que transformó el ambiente relajado en una celebración espontánea. Subieron a las plataformas entre la piscina y el bar, bailaron entre haces de luz mientras el cielo mutaba lentamente del azul al ámbar. El ambiente se volvió celebración, con aplausos, vídeos, y sonrisas compartidas.
La pantalla marcó “0:00” y el sol desapareció, dejando tras de sí aplausos, un instante de silencio y el recuerdo de un momento irrepetible.


Sentados en una tumbona, con el mar como un espejo y el skyline futurista de Abu Dabi al fondo, no pude evitar pensar en mi primera vez en Café del Mar Ibiza, muchos años atrás. Allí, el ambiente era distinto: más íntimo, casi ritual. La gente esperaba en silencio, acompañada solo por música chill-out y el sonido del mar. No había coreografías, ni espectáculo. Solo el sol deslizándose bajo el horizonte y un suspiro colectivo
En Abu Dabi, en cambio, todo era más vibrante, más visual, más pensado para la foto. Influencers posando, cumpleaños celebrados con bengalas, y un público que buscaba capturar cada instante. Ibiza es alma. Abu Dabi es espectáculo. Pero ambos comparten algo esencial: ese momento en que el sol se despide y, aunque sea por un segundo, todos se detienen, se callan y simplemente sienten.
Sea en el silencio místico de San Antonio o en medio del show vibrante de Yas Island, el sol sigue haciendo lo suyo. Y nosotros, con estilos tan distintos, seguimos acudiendo a verlo.
Ibiza es alma. Abu Dabi es espectáculo.
Mientras caminaba de vuelta por el paseo iluminado de Yas Bay, con sus terrazas junto al agua y la calma elegante que envuelve el puerto, pensaba en lo especial que había sido esa tarde. Un lugar que, aunque tan diferente de Ibiza, sigue manteniendo la esencia de Café del Mar: música, mar y magia.
Cuando el sol se ocultó, quedó el eco de las olas, el calor en la piel y la certeza de haber vivido un momento inolvidable. Yas Bay se iluminaba suavemente, las terrazas bullían de vida y el horizonte se convertía en el telón perfecto para cerrar la experiencia.
Café del Mar nació en 1980 en Sant Antoni de Portmany, Ibiza, como un lugar para disfrutar de los atardeceres al ritmo de la música chill-out, y hoy es una marca global con presencia en destinos tan diversos como Phuket, Malta, Bali, Sídney, Maldivas, Abu Dabi, Rabat o Cartagena de Indias. Cada uno de estos locales mantiene la esencia: música relajante, vistas espectaculares y una atmósfera que invita a desconectar y disfrutar.
¿Has estado en alguno de ellos?