28/03/2025
Aunque entiendo que todos los días son iguales con veinticuatro horas cada uno, la mayoría estamos de acuerdo en que el viernes es el día más largo de la semana y el domingo el más corto. D.S. Mixel.
Tengo horario de oficina y, para mí, los viernes siempre han tenido un brillo especial
Puede parecer curioso, pero los prefiero incluso a los sábados y domingos. El viernes lleva en sí una chispa de esperanza, una vibración anticipada de libertad. Es el umbral entre la rutina y el descanso, el preludio luminoso de lo que está por venir. El viernes es posibilidad; el sábado, realización; el domingo, descanso y memoria.
Con el paso del tiempo he aprendido a disfrutar de cada día. A valorar lo cotidiano, incluso dentro de los márgenes del reloj y las obligaciones. Sin embargo, los fines de semana siguen ocupando un lugar privilegiado en mi corazón. Son una pausa generosa, una tregua donde puedo dedicarme a mi familia, a mis pasiones o, simplemente, a descansar sin que nadie le ponga precio al tiempo..
Los domingos, por su parte, siempre han tenido un aire melancólico. Durante años me parecieron días grises, marcados por una ansiedad difusa. Parte de la jornada se perdía en anticipar la semana entrante: los madrugones, las rutinas, el peso invisible de lo pendiente. Pero, como suele ocurrir, el lunes casi nunca era tan terrible como lo imaginaba. Y comprendí que había desperdiciado horas valiosas sufriendo por un futuro que rara vez se cumplía como temía.
Ahora he aprendido a saborear los domingos hasta el último sorbo, a habitarlos con calma, a encontrar en ellos una belleza suave y silenciosa. Ya no me anticipo al lunes, ni me dejo robar el presente por lo que aún no ha llegado.
Aun así, el viernes sigue siendo mi favorito. Hay en él una promesa inconfundible, una especie de magia sutil. Todo parece posible, todo late con una energía distinta. La jornada laboral se acorta, el ánimo se aligera, y el tiempo vuelve, poco a poco, a pertenecerme. Desde temprano, el mundo parece sonreír un poco más.
¿Y tú? ¿Cómo vives tu viernes?Viernes
El reloj murmura su último tic de la jornada,
y con un suspiro largo y hondo,
me sacudo el peso de la semana.Es viernes.
Las puertas del tiempo se abren de par en par,
y el fin de semana se extiende ante mi
como un horizonte sin prisas.Las calles huelen a promesas,
los bares despiertan su risa dormida,
y el viento trae ecos de noches largas
y despertares lentos.Es la hora de olvidar el despertador,
de perderse sin rumbo en la ciudad,
de brindar por lo vivido
y lo que aún queda por sentir.Es viernes.
Y la vida, por un instante,
parece estar justo donde debe.¡Thanks god is Friday!