2025/03/23
“Con la llegada de la primavera, incluso la ciudad más gris parece florecer con una belleza inesperada.”— F. Scott Fitzgerald, El gran Gatsby “
Bienvenido/a a la newsletter de Pequeños (grandes) placeres, un lugar donde encontrarás inspiración para llevar una vida más feliz: recomendaciones de libros, películas y pequeños momentos que vale la pena atesorar en nuestro día a día.
Cada domingo recibirás un resumen con las entradas de la semana, para que puedas leerlas con calma. Además, siempre incluiré algo nuevo para disfrutar de la magia del fin de semana.
1.- 20marzo- Inicio de un experimento y diario de momentos felices
En esta entrada descubrirás una forma sencilla y poderosa de conectar con tu felicidad diaria: llevar un diario de pequeñas alegrías. Te cuento cómo este hábito ha transformado mi manera de ver el mundo y me ayuda a disfrutar más de la vida. Verás que no se trata de grandes logros, sino de momentos cotidianos llenos de magia. Te animo a probarlo y a comenzar tu propia colección de instantes felices.
2- 21-marzo- Dar la bienvenida a la primavera
Celebramos la llegada de la primavera como una oportunidad de renacer, soltar lo viejo y abrirnos a lo nuevo, en sintonía con la naturaleza. Encontrarás ideas para recibir esta estación en tu hogar, tu cuerpo y tu mente, transformando lo cotidiano en algo lleno de vida y belleza. Una lectura que es como un soplo de aire fresco para el alma.
3- 22 mar- Lecturas estacionales y 10 recomendaciones para esta primavera.
Te comparto una forma muy especial de leer: dejar que las estaciones guíen tus lecturas. La primavera, con su energía de renovación y despertar, es el momento ideal para sumergirte en historias que hablen de cambios, belleza y nuevos comienzos. Te recomiendo 10 libros perfectos para esta época, elegidos con cariño y en sintonía con la naturaleza. Una invitación a hacer de tu lectura un ritual estacional lleno de sentido y conexión.
Y como el domingo también merece ser celebrado —aunque esté gris y lluvioso— quiero compartir contigo uno de mis momentos especiales
🌧 Ducha de agua caliente
Ayer fue un día frío y lluvioso, como hacía tiempo no ocurría.
La lluvia no dio tregua, y en jornadas así, es fácil caer en cierta desazón. Sin embargo, logré transformar la tarde en algo especial.
En la quietud de la casa, acompañada por el ritmo constante de las gotas al caer, cierro la puerta del baño con suavidad. El mundo exterior se desvanece.
El frío queda atrás en cuanto el agua caliente empieza a correr, envolviéndome con su susurro relajante. La ducha, ese santuario íntimo, se convierte en refugio: un lugar donde el tiempo se disuelve y solo importa el ahora.
Abro uno de mis geles favoritos: The Ritual of Mehr, con su fragancia a naranja brillante y cálida.
Mientras suena una versión suave de Are You Lonesome Tonight?, reinterpretada por Chris Botti con una cadencia lenta y melancólica, me dejo llevar por el aroma cítrico que se mezcla con el vapor.
Es una promesa de renovación. El primer contacto del gel espumoso sobre mi piel es un susurro cálido que me invita a soltar el ruido, el frío y las preocupaciones.
La espuma se desliza como nubes suaves. El agua fluye como una corriente de calma que limpia no solo el cuerpo, sino también el alma.
La música ambiental acompaña este ritual. Las melodías acarician los sentidos mientras el sonido del agua crea una danza armónica en el aire. Cada nota se funde con el latido de mi corazón.
La ducha se convierte en una sinfonía de bienestar, un lugar sin relojes donde lo único que importa es lo que se siente.
El calor disuelve tensiones. Mis músculos se relajan, mi mente se aclara y la respiración se vuelve honda y serena. Cada gota arrastra las inquietudes del día, dejando espacio para la paz.
Este ritual, perfecto para un día gris, es simple pero profundo: un reencuentro conmigo misma. Un instante en el que la calma y el placer del “aquí y ahora” lo llenan todo.
Termino envuelta en una toalla cálida, con el aroma a naranja aún flotando a mi alrededor como un susurro persistente de bienestar.
El aire parece más liviano. Inspiro profundamente y siento cómo cada célula se llena de tranquilidad. Una vez más, he creado mi refugio: un santuario donde me reconecto con mi esencia y simplemente soy.
Me pongo un pijama suave, caliente, recién lavado… y siento que el día, sin duda, ha valido la pena.
“Bajo el abrazo del agua caliente, el cuerpo se rinde y el alma se desata. En cada gota, se disuelven las prisas del mundo, y uno recuerda que también es piel, aliento y quietud.”
¿Tienes algún ritual especial para los días de lluvia?
Encantada de leerte
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